Dar a la luz. Aforismos sobre la mirada




Mirar es dar a luz.

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Cuando Dios, al mirar lo que acababa de crear, "vio que era bueno", le admitía el derecho a existir por su cuenta y riesgo: le estaba concediendo la libertad.

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Solo Dios lo ve todo; el hombre debe conformarse con mirar sin cesar.

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La contemplación es una mirada que quiere demorarse; pero, como el tiempo se lo impide, debe volver -como el asesino a la escena del crimen- una y otra vez a su fuente.

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La visión es pasiva: la mirada, activa. Incluso hiperactiva.

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A la visión se la puede cautivar de mil maneras; a la mirada hay que sojuzgarla.

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El que ama mirar, ama más que el se conforma con ver.

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"Miraos los unos a los otros": no os deis la espalda, atendeos, teneos en cuenta, El amor surgirá entonces por sí solo.

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Mirarse instaura la máxima complicidad. Por eso es difícil fiarse de quien te habla mirando al vacío.

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"Comerse con los ojos": ¡qué expresión tan elocuente!

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Quien aprende a mirar, aprende a amar.

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La mirada no solo ve: también toca, oye, huele, degusta. La mirada es un sentido integral.

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La visión es uno de los cinco sentidos del cuerpo; la mirada, su significado.

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Mirar consagra la dimensión moral de la vista.

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Los ojos miran para vivir y se miran para saberse vivos.

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Mírame a los ojos y dime qué ves.

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La tragedia de Narciso es que en el espejo nos podemos mirar, pero no podemos vernos: está en manos de Dios ese privilegio.

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Donde pones tus ojos, pones tu vida. Y la del cosmos entero.

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¡Qué generosidad, la del mirón! Todo le parece digno de atención... ¡salvo su propio yo!

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Si el ciego Tiresias lo veía todo es porque miraba más lejos.

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Al mirarlo como merece, el mundo se sabe bello, bueno y verdadero.

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No basta pasear los ojos sobre los objetos para mirarlos: además, hay que quererlo.

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No existen miradas distraídas.

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La mirada: pájaro asustadizo.

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Obedeciendo a la ley de la oferta y la demanda, cuantas más cosas reclaman nuestra atención, más remisa se muestra nuestra mirada.

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Mirar es un derecho inalienable; ser mirado, un galardón o un castigo (según los casos).

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La fotografía, ética de la mirada, es el arte más compasivo.

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La fotografía no pone ni quita nada de la realidad, de ahí su omnipotencia.

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Fotografiar: dar(se) cuenta.

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Mirar la mirada: reflexionar.

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Mirar sin escrutar, besando las distancias. Mirar recatadamente, pero sin mojigatería. Mirar para palpar los bordes de la realidad sin tocarle un solo pelo. Mirar acunando. Mirar dejándose embriagar. Mirar desparramando la atención. Mirar para entregarse a lo mirado, para consagrarlo. Mirar sin remedio. Mirar sin remisión. Mirar desde el principio y mirar hasta el final: como condena y como redención.




[Publicado en la revista digital AFORISTAS por Felix Trull]