Peter Burke, reputadísimo historiador conocido especialmente por sus magníficas monografías en torno al Renacimiento, traza en Ignorancia. Una historia global una amplísima cartografía del desconocimiento, atendiendo a los estragos que ocasiona en los ámbitos de la política, de los negocios o de la gestión de catástrofes, entre muchos otros escenarios. Ahora bien, ¿qué entiende Burke por ignorancia? De acuerdo con los principios de la que llama nesciencia (ciencia de lo que no se sabe), y distinguiendo entre dos disciplinas que la analizarían con procedimientos propios -la agnotología, “el estudio de los modos en los que se produce o se mantiene la ignorancia”, y la agnoiología, “el estudio de la ignorancia en general” (pág. 76)-, Burke va desgranando, en un estilo ameno y desenvuelto, las causas y las consecuencias que acarreó, en distintos momentos de la historia, el desconocimiento de aquello que debería haberse tenido en cuenta para evitar errores, abusos, atropellos y tropelías, cuando no muerte y destrucción. En esta tesitura, el autor se esmera en incidir en la actualidad del problema, aludiendo al debate en torno al cambio climático, al problema de los bulos en redes sociales o al alarmante nivel de analfabetismo funcional que muestra la población mundial. La lectura fluye cómodamente, gracias a una exposición clara y documentada de hechos de los que muchas veces nosotros, los lectores, no teníamos noticia, bien por su escasa relevancia para nuestras propias vidas, bien por haber quedado sepultados por otros más llamativos o convenientemente ubicados en primer plano -muchas veces, de manera coordinada- por los medios de comunicación y los políticos de turno.
Si el panorama que pinta Burke merece el calificativo de “global” es más por su aparente extensión que por la profundidad de su análisis. Lejos de detenerse en escrutar los mecanismos psicológicos que subyacen al gusto de muchas personas por mantenerse en la ignorancia, se alude a ellos de manera ligera y circunstancial; en lugar de abordar una calificación más o menos rigurosa y sistemática de las distintas modalidades de necedad (la congénita, la sobrevenida, la cómplice, la estratégica, la activa y la pasiva, la “delegada”, la “imperial”… Burke parece detectar varias nuevas en cada capítulo), estas se apelotonan sin orden ni concierto, como si más que ante un libro perfectamente planificado y organizado nos encontrásemos frente a una obra pergeñada “de memoria” y escrita de una sentada, en un agosto libre de ocupaciones de otra índole o, simplemente, obedeciendo a un suculento encargo editorial. Que cierta desidia -cuando no autoindulgencia- preside el texto de cabo a rabo se demuestra en las reiteraciones (el papel de Horace Walpole en la crisis de los Mares del Sur o el libro sobre la Historia del Concilio de Trento aparecen glosados dos veces, en contextos distintos, mientras que, por ejemplo, a la masonería apenas se la menciona de pasada, cuando su papel en el despliegue y consolidación del secretismo en la Modernidad resulta fundamental), en las frecuentes y abusivas remisiones a otros capítulos y en las clamorosas omisiones (sorprende -o no- que arremeta continua y justificadamente contra Trump o Bolsonaro, pero cuando narra las mentiras que han proferido los Presidentes de los Estados Unidos ignore la que perpetró Bill Clinton a propósito de su lance erótico con Monica Lewinsky), con lo cual el lector acaba por desistir de alcanzar algún conocimiento consistente acerca del tema en cuestión. ¡Qué triste ironía! Uno acaba teniendo la sensación de que sale más ignorante de lo que era antes de empezar la lectura, eso sí, habiéndose enterado de un sinfín de contenidos más o menos curiosos, pero carentes de auténtica enjundia reflexiva.
Ignorancia, en suma, es un libro fallido en sus propósitos, negligente en sus métodos e insatisfactorio en cuanto a sus logros, pues da mucho menos de lo que promete, y lo que nos llevamos al zurrón realmente de poco nos puede servir en ese plano existencial que es el que, al cabo, la dota de sentido. Se abona así Burke a ese conocimiento estéril, inocuo, meramente informativo, tan característico de los tiempos que corren, eso sí, oculto bajo una ingente cantidad de referencias bibliográficas y tecnicismos aparentemente abstrusos que a duras penas logran ocultar su apabullante inanidad.
P. Burke. Ignorancia. Una historia global. Alianza Editorial, Madrid, 2023, 468 pp.
(Publicada en Culturamas)